Ángel Nicolás

PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE CASTILLA-LA MANCHA (CEOE CEPYME CECAM)

"En una comunidad como Castilla-La Mancha, con claro predominio de pequeñas y medianas empresas, la pandemia supuso el cierre de muchas de ellas"

En una Comunidad como Castilla- La Mancha, con claro predominio de pequeñas y medianas empresas, la pandemia supuso el cierre de muchas de ellas, como indica el presidente de CEOE CEPYME CECAM, Ángel Nicolás. “El tamaño de nuestras empresas ha sido un hándicap, provocando el cierre de muchas de ellas. Y las que consiguieron sobrevivir, han tenido que recurrir a las ayudas

establecidas por las diferentes administraciones, muchas de las cuales solo se circunscribían a la concesión de préstamos, por lo que se vieron obligadas a endeudarse, algo que a día de hoy sigue condicionando de forma muy importante su viabilidad”, señala.

 

Aunque se están recuperando los niveles prepandemia, “esta recuperación está siendo desigual”, y, sobre todo, tardía: “se anunciaba para el año 2021, sin que se llegara a hacer efectivo hasta casi tres años más tarde. Y con un coste muy alto para las empresas”.

 

Entre los cambios que las empresas se vieron obligadas a acometer para adaptarse a la nueva situación, Nicolás se refiere a la digitalización. “El teletrabajo también se impulsó de forma notable, dado que en muchas ocasiones era además la única forma posible de desempeñar su labor. Si

bien, una vez pasada esa situación y ante la incertidumbre que la normativa sobre esta modalidad conlleva, ha traído consigo que su desarrollo no haya sido mayor.

FUIMOS EL REFERENTE Y EL APOYO FUNDAMENTAL PARA LAS EMPRESAS, Y COMO RECUERDO TENEMOS EL SENTIMIENTO DE MÁXIMA UTILIDAD PARA ELLAS

Ángel Nicolás recuerda que se vivieron momentos “realmente complicados para el conjunto de la sociedad y, por ende, también para las empresas, que de la noche a la mañana vieron cómo se paralizaba la actividad. Nuestros empresarios se tuvieron que enfrentar a un auténtico tsunami económico y a una inseguridad jurídica, que los iba a arrollar, siendo los principales perjudicados”.


Por ello, desde el principio, CECAM y las organizaciones empresariales que la integran “nos pusimos a trabajar intensamente con el objetivo de ayudar a sostener la economía y el empleo de nuestra región. Viendo, en primer lugar, cómo éramos capaces de salvar a las empresas, cómo protegerlas. Estando, más cerca que nunca, de nuestros empresarios y autónomos. Acompañándolos, asesorándolos y escuchándolos, y trasladando al Gobierno regional, con quienes mantuvimos un contacto permanente, todas las demandas que creíamos necesarias para paliar los efectos de la crisis sobre sus negocios”.


“Fuimos el referente y el apoyo fundamental para las empresas, y como recuerdo tenemos el sentimiento de máxima utilidad para ellas, siendo un instrumento válido para ayudar tanto a empresas como autónomos en momentos de tanta incertidumbre”, señala.


En este sentido, destaca que la Confederación reclamó medidas económicas que permitieran, en primer lugar, la supervivencia de las empresas y que, “cuando sobrepasáramos esa situación, estuvieran en la mejor posición para recuperar su actividad y el empleo. Reclamamos, por tanto, medidas fiscales y de financiación eficaces. Reclamamos flexibilidad y medidas de protección de la actividad empresarial. 


Reclamamos medios de protección para nuestros trabajadores y clientes. Demandamos claridad, urgencia y coherencia en las innumerables normativas que el Gobierno emitía un día sí y otro también. Especial atención también a los autónomos… “. Todo ello a través de más de un centenar de reuniones de trabajo y atendiendo más de 40.000 llamadas y consultas de empresarios.


“Desde el primer día focalizamos nuestra acción dentro del marco del diálogo social e instamos a la Administración regional a la urgente necesidad de establecer líneas de ayuda dirigidas al mantenimiento de la actividad ante el cierre de las empresas”. Entre los frutos de este diálogo

social, Ángel Nicolás destaca el Plan Extraordinario de Medidas frente a la Covid, que convirtió a Castilla-La Mancha en una de las primeras comunidades en dar respuesta a esta situación.


Además, desde CECAM pusieron en marcha diversas acciones, como campañas específicas de apoyo al comercio local; la elaboración, en colaboración con las organizaciones empresariales miembro, de una Encuesta Empresarial Covid-19 dirigida a empresas y autónomos de Castilla-La Mancha, con el objetivo de conocer su situación y poder así hacer un diagnóstico sobre sus necesidades, para trasladar aquellas medidas que fueran necesario acometer.


Se participó en la Comisión de Seguimiento de los ERTE de Castilla-La Mancha y se creó el Sello “Empresa Responsable y de Confianza” con el que se acreditaba el compromiso manifestado por las empresas en la relación de máxima calidad y seguridad hacia sus clientes. No obstante, el presidente de CECAM cree que la gestión que en nuestro país se hizo de la crisis no es positiva. “Si tenemos en cuenta el descenso en términos del PIB, hemos caído mucho más que regiones de nuestro entorno y nos hemos recuperado mucho más tarde, siendo la última economía en recuperar los niveles previos a la pandemia.


Y eso, añadido a una gestión, a nuestro juicio, muy deficiente a nivel nacional, en la que la descoordinación, el establecimiento tardío en las medidas de apoyo a las empresas, junto con el grado de dificultad y burocratización administrativa ligado a las mismas, nos lastraron en

lo peor de la crisis y nos siguieron lastrando en el proceso de recuperación”. En este sentido, expresa la frustración de los empresarios de la región con los Fondos europeos Next Generation


“Ese dinero, que estaba destinado para la recuperación de las empresas, no ha llegado aún y la opinión que tienen los empresarios, desde el desánimo, es que dichos fondos no solo no han llegado, sino que no van a llegar”.

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