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Indicador CEPYME sobre la situación de la pyme III Tri 2024
La rentabilidad bruta de las pymes se ha desplomado un 12% en promedio desde 2019. La situación es especialmente lacerante para las microempresas, que suponen el 85% del parque empresarial con asalariados, lo cual tiene efectos desfavorables en la creación de puestos de trabajo. De hecho, el empleo está congelado en las microempresas, especialmente vulnerables a las alzas de costes y las subidas del salario mínimo y cotizaciones; todo ello en un contexto de menor dinamismo crediticio.
La caída de la rentabilidad, que mina el crecimiento empresarial y la creación de empleo, deriva de una combinación de diversos factores. Al margen de la baja productividad, el fuerte repunte inflacionario vivido desde el verano de 2021, o la proliferación de nuevas tributaciones y cargas regulatorias, sin duda, los fuertes aumentos de costes, aún un 26,8% por encima que en tiempos de pandemia son un elemento clave en esta desfavorable evolución.
Pese al contexto actual de crecimiento económico, no revierten dinámicas desfavorables en la productividad ni se disuelve la mayor vulnerabilidad de las microempresas, lo que hace temer por el impacto de futuras decisiones de política económica o vaivenes de la coyuntura. Máxime, cuando la mejora de las ventas, el empleo, el acceso al crédito y la suavización de las alzas de costes se constatan insuficientes para recuperar niveles de dinamismo previos a la pandemia.
