El indicador CEPYME refleja una pérdida de dinamismo económico: cae un 6,9% tras seis trimestres de subidas consecutivas.
Las ventas corregidas de inflación suben un exiguo 0,9% interanual en el segundo trimestre del año.
La inflación y el mayor esfuerzo financiero lastran las posibilidades de crecimiento de las empresas y merman la productividad. Así, la productividad media de las pymes acumula dos trimestres de caídas y es un 9,6% más baja que en 2009.
Los intereses exigidos por los nuevos créditos se triplican en los últimos 12 meses y las pymes consiguen una cuarta parte menos de financiación bancaria que antes de la pandemia.
El número de facturas que se pagan pasado el plazo de 30 días asciende al 11,7% en el segundo trimestre del año.
El esfuerzo financiero de las empresas se triplica. Para una pequeña empresa asciende a
22.400 euros frente a los 7.900 de hace un año. Para una mediana, el esfuerzo financiero pasa de 173.900 a 567.400 euros.
Pese a que los costes totales que soportan las pymes han registrado un descenso del 4,3%, se encuentran un 19,3% por encima del nivel de hace dos años.
No obstante, las pymes marcan récord de empleo, al rebasar por primera vez los 9 millones de asalariados.