La economía comenzó 2023 con un tono algo mejor de lo esperado. Eso se refleja en el Indicador CEPYME, que repunta en el primer trimestre.

Dentro de ese repunte de corto plazo, persisten dificultades coyunturales, como la inflación, que presiona al alza los costes, y el incremento de los costes laborales, así como debilidades estructurales (estancamiento de la productividad).

Por un lado, continúa la saludable tendencia declinante de la ratio de endeudamiento (pasivo/patrimonio neto) pero, por otro, las pymes sobrellevan una restricción de financiación, tanto de crédito bancario (de acceso más difícil y más caro), como de crédito comercial.

Hace tres meses, la preocupación urgente para las pymes era el exagerado incremento del salario mínimo; ahora es el salto de la carga financiera, que se ha más que duplicado en apenas un año, por el rápido incremento de los tipos de interés.