Javier González De Lara
PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS DE ANDALUCÍA (CEA)
"La crisis del coronavirus dejó en Andalucía importantes secuelas"
La crisis del coronavirus dejó en Andalucía importantes secuelas. Además de la pérdida de vidas humanas, en términos económicos se llevó por delante un 5% del tejido productivo andaluz, como explica el presidente de CEA, Javier González de Lara.
“La pandemia ha sido en Andalucía el mayor desafío de las últimas décadas. Un reto al que nos enfrentamos sin manual de instrucciones, que supuso un zarpazo sin precedentes para nuestra sociedad”.
El dolor y la pérdida de vidas humanas fue el mayor drama de la crisis Covid. Pero, además “en el ámbito estrictamente económico, arrasó el 5% del tejido productivo andaluz: desaparecieron entre 17.000 y 20.000 empresas andaluzas”. Según el Barómetro de Percepción de CEA de mayo de 2020, el 70% de las empresas declaró verse severamente afectado por la crisis, con caídas superiores al 50% de su actividad; el 40% admitió serios problemas de liquidez, mientras, cerca de medio millón de andaluces se acogía a los ERTE. “Luego encadenamos esa crisis social y sanitaria con la escalada de los precios de las materias primas y la energía y con la incertidumbre por los conflictos bélicos activos. No están siendo tiempos fáciles”.
González de Lara recuerda aquellos momentos de consternación e incertidumbre, pero a la vez de lucha e intensa actividad “para que aquella desazón no nos paralizase. Con esa losa, y a pesar del confinamiento, la actividad de CEA fue frenética y posible gracias al compromiso de todo el equipo profesional conectado desde sus domicilios. Un ejemplo de trabajo en red, que también necesitó su propia articulación en tiempo récord”. “El goteo de normativas, claves legislativas y novedades
en el marco regulatorio para las empresas exigieron una comunicación constante con nuestros asociados y redoblar nuestros esfuerzos para divulgar cada novedad, con informes, guías y recomendaciones. Fue un éxito compartido el compromiso de las empresas andaluzas, que respetaron escrupulosamente las restricciones transformando incluso, en algunos casos, su actividad productiva al servicio de la crisis sanitaria con, por ejemplo, la producción
de mascarillas o EPIs”. Motivo de especial orgullo para CEA, en paralelo a esa atención constante a las dudas y necesidades de las empresas andaluzas, fue la firma de sendos pactos en el marco del Diálogo Social con la Junta de Andalucía y los sindicatos mayoritarios.
Entre ellos, el Acuerdo para la Reactivación Económica y Social de Andalucía, en julio de 2020, o el Plan de Apoyo a Pymes y Autónomos, suscrito por CEA, Cámaras de Andalucía y ATA con el Gobierno andaluz en noviembre de 2020, dotado con más de 658 millones de euros en ayudas.
“Desde la visión de que los empresarios éramos y somos los sanitarios de la economía, insistimos en nuestra interlocución con las administraciones en que la empresa debía ser parte de la solución a la crisis social y sanitaria. De esa convicción nació el “Plan Sumamos Salud + Economía”, con testeos y más de 12.000 profesionales vacunados en los centros de trabajo. Una acción de RSE y compromiso social de las empresas sin precedentes, que ayudó a descongestionar el sistema sanitario. Sin olvidar el apoyo permanente recibido por nuestras organizaciones nacionales CEOE y CEPYME, que en todo momento supieron defender y representar los intereses empresariales”, señala el presidente de CEA.
A su juicio, “la pandemia nos legó varias y muy importantes enseñanzas. Una de ellas, que la garantía de los derechos de los ciudadanos no depende estrictamente de su provisión pública. Durante la crisis fueron declararos esenciales, además del sanitario, sectores como los de las telecomunicaciones, el comercio o la energía. No hubo problemas de abastecimiento. Y ese fue el resultado del trabajo comprometido desde el ámbito privado. Eso evidencia, -y aquí está otra enseñanza-, la función social de la empresa, con soluciones técnicas e innovadoras de abastecimiento y provisión”. “Como sociedad, confío en que hayamos ganado capacidad de previsión y visión de futuro para mejorar nuestra reacción ante futuras crisis”.
Para Javier González de Lara la gran baza de la gestión de la pandemia en España fue el diálogo social, “fruto del cual, los ERTE fueron un instrumento clave para el mantenimiento de miles de puestos de trabajo. También las ayudas a los autónomos por cese de actividad”. Por el contrario, el presidente de CEA expresa “cierta melancolía en lo referido a la gestión de las ayudas europeas, esos fondos Next Generation cuya gestión pudo ser manifiestamente mejor con una interlocución más leal y eficaz entre las administraciones”.
Las consecuencias de la pandemia no se han superado aún. “La recuperación no ha concluido y aún estamos en ese proceso que es largo y no exento de dificultades”. Recuerda que la economía española, “y, en particular, la de Andalucía”, fueron de las más castigadas por la pandemia, perdiendo en un único ejercicio, en términos de PIB, tanto como en cinco años de crisis financiera. “En este momento, tenemos a nuestro favor el músculo exportador de Andalucía, que nos deja en 2023 el segundo mejor registro de la historia con unas exportaciones cercanas a los
40.000 millones de euros”
Pero para volver a los niveles prepandemia es necesario “perseverar en nuestras acciones en el marco del diálogo social, generando un clima favorable a la actividad empresarial; con facilidades desde la administración y con incentivos. Legislar a favor de la empresa es, en definitiva, hacerlo a favor del progreso de la sociedad”. “La pandemia ha supuesto un antes y un después en el
tejido empresarial andaluz si bien es clave subrayar que la nuestra es una Comunidad con dimensión de país, es “una Portugal tumbada”, como nos gusta apuntar”.
La economía andaluza cuenta con sectores muy pujantes, desde el agro y el turismo a la tecnología o las energías renovables. “La conversión tras la crisis Covid tiene sus singularidades en cada sector. En general, Andalucía ha demostrado su capacidad de resiliencia y un dinamismo empresarial por el cual la crisis ha sido tomada como una oportunidad para la innovación de los procesos y para un
salto en la digitalización de las pymes”.
La pandemia obligó a muchos sectores económicos a acelerar su digitalización. Por ejemplo, el comercio andaluz “ha encabezado un crecimiento digital sin precedentes, redimensionando su actividad online y marcándose, por tanto, nuevos techos y clientes a los que llegar. De alguna forma, esta transformación digital, que incluye también el teletrabajo, ha representado una oportunidad. Un salto en flexibilidad, en conciliación, en muchos casos, que puede contribuir a la evolución y mejora de las empresas si se articula de manera eficaz y sin menoscabo de la productividad”.
Las organizaciones empresariales han prestado en este tiempo apoyo efectivo a las empresas. “En nuestra naturaleza está no ser conformistas; nunca nos parecerá del todo suficiente, lo cual no es óbice para que estemos satisfechos con el trabajo realizado. En nuestra región, las cifras
de empresas y empleo superan los registros previos a la pandemia, pero las empresas andaluzas siguen operando en un entorno de extrema complejidad e incertidumbres”, señala, destacando la inestabilidad política, como la mayor amenaza para su actividad, tal como señalan las empresas andaluzas en el último Barómetro de Percepción de CEA (noviembre 2023). “También lo es la burocracia, a pesar de los decretos de simplificación administrativa en los que ya hemos colaborado. La recuperación no ha concluido y el margen de crecimiento sigue siendo grande”.