Las empresas españolas, especialmente las pymes, ya comienzan a sufrir el endurecimiento del crédito propiciado por el cambio en la política monetaria del BCE.
Por un lado, las condiciones de acceso a la financiación de las compañías se han endurecido. Debido a la incertidumbre económica, las entidades financieras registran una menor tolerancia al riesgo, según la encuesta sobre préstamos bancarios del Banco de España. Y, por otro lado, el nivel de crédito continúa por debajo de los niveles precrisis en un momento en el que se agrava la falta de liquidez en las empresas y de creciente inflación. De hecho, el incremento de precios está impactando en la financiación, hundiendo el volumen de crédito concedido respecto a las ventas de las pequeñas compañías. En el tercer trimestre de 2022, estas solo lograron obtener crédito por el 16% de sus ventas, mientras que antes de la crisis se captaba de financiación una media del 22,4% de sus ventas.
La inflación provoca que la misma cantidad de euros concedida sirva para financiar una proporción más baja de ventas y esto afecta a la necesidad de liquidez en las empresas.