Pedro Barato
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN AGRARIA DE JÓVENES AGRICULTORES (ASAJA)
"Fuimos un sector esencial para la sociedad y ahora estamos bastante maltratados"
La situación de confinamiento y el carácter esencia del sector agrícola, hizo que toda la cadena siguiera funcionando durante la pandemia, aunque no sin problemas, como explica Pedro Barato, presidente de ASAJA. “Fuimos un sector esencial para la sociedad y ahora estamos bastante
maltratados”.
Antes de la crisis de la Covid-19 ya se venía dando un claro aumento de los precios, no repercutidos al consumidor. Esto motivó la movilización de los agricultores, explica Pedro Barato, que señala entre los principales problemas del sector la falta de mano de obra, problemas de distribución,
y el aumento de los costes.
Tras la pandemia “hemos vivido el cierre de numerosas explotaciones agrícolas y ganaderas debido a otros factores como los incrementos de costes de producción, la guerra de Ucrania, la sequía, etc…, situaciones que han complicado la viabilidad de las empresas agrarias”. En su opinión, en estos años “se ha dado la tormenta perfecta para que los productores se hayan visto ahogados por los costes de producción y además se han dado las circunstancias para que con sus producciones no hayan podido contrarrestar esta subida”.
Pedro Barato considera que “hay que mirar en un futuro en el que tengamos nuevas técnicas de producción, en la genómica, en la agricultura de precisión y en la búsqueda de nuevas salidas (alimentarias y no alimentarias). Seguiremos produciendo para el mercado y los consumidores, pero es necesario que el mercado responda, ya que los precios van a seguir altos”.
Las empresas del sector agrícola y ganadero han llevado a cabo un proceso de transformación para adaptarse a las nuevas circunstancias, “modernizando e innovando sus explotaciones, digitalizándolas, etc… y, por supuesto, en la mayoría de los casos, modificando la gestión de la producción, con los costes que ello conlleva”. “En nuestro sector además con un nuevo componente, con una nueva PAC que es verde y no beneficia en nada los intereses de la agricultura y ganadería españolas, ya que, bajo unas frases bonitas de desarrollo sostenible y protección de la naturaleza, que todos compartimos, se esconden obligaciones de reducción de inputs y limitaciones
de producción en el horizonte de la Agenda 2030: reducción del uso de plaguicidas en un 50%; reducción del uso de fertilizantes en un 20%; reducción del uso de antimicrobianos para el ganado en un 50%; retirada del 10 por ciento de las tierras de cultivo existente de uso agrícola y un 25% de las tierras en producción ecológica”, indica Barato.
Para el presidente de ASAJA, el futuro pasa por la ciencia, la investigación, la innovación, la tecnología y la inversión productiva. Y “es necesario que los fondos de la UE destinados para ello lleguen a los agricultores y ganaderos”. En este sentido, Barato reclama un plan de choque para el
sector agroalimentario.
Durante la pandemia, la labor de ASAJA, como representante de un sector esencial, fue colaborar con las administraciones para facilitar la salida de alimentos de las explotaciones y facilitar de la mejor manera posible el acceso y el trabajo en las mismas. Se demostró que “el campo es esencial en la vida diaria de las personas directa e indirectamente”.