Protagonista Invitada
Alejandra Kindelán
Presidenta de la Asociación Española de la Banca (AEB)
"Convertirnos en el único país de Europa con un impuesto permanente nos restaría competitividad y eso perjudica al sector y a la economía española"
Alejandra Kindelán es la presidenta de la Asociación Española de la Banca (AEB) desde abril de 2022 y también presidenta de la Fundación AEB. Es una de las pocas mujeres que forman parte de la cúpula de CEOE, y lo hace desde finales de 2022. Se la conoce por su profesionalidad y por su incansable dedicación, tanto a su sector como a la empresa española en general. Y así lo ha demostrado una vez más. A la primera llamada de la revista El empresario, Kindelán no dudó en atender al requerimiento de las pymes.
Consciente de que representan el 99% de las empresas, siempre se muestra atenta a la evolución y a las necesidades de las pequeñas y medianas empresas españolas, cuya realidad se encuentra muy ligada al sistema de financiación bancario.
Se acaban de cumplir dos años de su mandato al frente de la AEB ¿Cuáles han sido las principales dificultadesque se ha encontrado en este período?
No me gusta hablar de dificultades sino de retos. Dentro de la AEB tenemos dos grandes ejes de actuación: la regulación y todo lo que tiene que ver con la percepción del sector, la imagen.
En la primera cuestión, la dificultad está en trabajar por una regulación equilibrada y menos compleja, que garantice la seguridad y la protección, pero no a costa de limitar la capacidad de crecer; que tenga un enfoque más pragmático.
Para la cuestión de la imagen, es importante la pedagogía. Contar cual es la función del sector bancario en la economía y en la sociedad. Cómo la rentabilidad, que algunos demonizan y critican, es la que nos permite seguir generando crédito para cumplir con proyectos personales y empresariales. Cómo eso genera crecimiento y empleo y progreso social. Porque crecimiento económico y progreso social son las dos caras de la misma moneda. Sin el primero el segundo se hace muy difícil o incluso imposible a largo plazo.
La mayor dificultad ha sido luchar contra el “señalamiento” del sector (y por extensión de toda la empresa) por parte de algunos líderes políticos.
¿Qué avances o logros destacaría en este tiempo?
Ha sido un tiempo de consolidar la fortaleza y el compromiso del sector. Estos dos años han sido de recuperación de la rentabilidad. La normalización de la política monetaria, unida a sólidos modelos de gestión nos deja niveles de rentabilidad en el sector en línea con lo que espera el mercado, una morosidad controlada, y el capital y la liquidez con ratios claramente por encima de los requerimientos.
Una muestra de la solidez de nuestro sector. Esa fortaleza y nuestra convicción nos hacen ampliar nuestros compromisos con las familias, con las empresas y con la sociedad. Hacemos frente y lideramos retos de país como son el envejecimiento, la despoblación o la educación financiera y la capacitación digital.
HACEMOS FRENTE Y LIDERAMOS
RETOS DE PAÍS COMO SON EL
ENVEJECIMIENTO, LA DESPOBLACIÓN
O LA EDUCACIÓN FINANCIERA Y LA
CAPACITACIÓN DIGITAL
En estos dos años, el sector ha reforzado la atención a las personas mayores, con horarios ampliados de atención en caja en más del 80% de las sucursales, de lo que se han beneficiado más de 6,5 millones de mayores; en las consultas telefónicas son atendidos por una persona, nada de robots…y se ha mejorado la accesibilidad en webs y apps.
Y lo que es más importante, año a año preguntamos y la última encuesta nos dice que el 80% está satisfecho con los canales de atención de los bancos, y el 88% de los mayores se siente autónomo y seguro al operar con su banco, esto es una mejora de casi 20 puntos en el último año.
En la misma línea, la inclusión en las zonas rurales, después de fijarnos como objetivo puntos de acceso físico en los municipios de 500 habitantes que no los tenía en 2021, hoy ya tienen una alternativa implementada o acordada en el 93% de ellos, unas 200.000 personas más con acceso físico a servicios financieros en su municipio.
Y en paralelo seguimos ampliando nuestras iniciativas en materia de capacitación digital para que quien quiera pueda sumarse a las ventajas que sin duda tiene la digitalización para operar con el banco o con otros muchos servicios públicos y privados.
También me gustaría destacar cómo el Código de Buenas Prácticas hipotecario acordado en noviembre de 2022 y extendido posteriormente, ha supuesto un marco de seguridad para los clientes que no podían hacer frente al pago de la cuota por la rápida subida de los tipos de interés.
Estos logros subrayan el marcado carácter intrínsecamente social que tiene este sector…para el que lo de “arrimar el hombro” está en su ADN.
CRECIMIENTO ECONÓMICO
Y PROGRESO SOCIAL SON LAS DOS
CARAS DE LA MISMA MONEDA.
SIN EL PRIMERO, EL SEGUNDO SE HACE
MUY DIFÍCIL O INCLUSO IMPOSIBLE A
LARGO PLAZO
¿Cómo valora la situación de la banca en comparación con otros países de Europa?
La banca española tiene un modelo de negocio de banca comercial minorista y gran diversificación geográfica que hace que actualmente tenga una rentabilidad por encima de la media europea, una morosidad controlada y una cómoda posición de liquidez y capital, con ratios holgadamente por encima de los requerimientos regulatorios.
A lo largo del último año, los bancos españoles han incrementado ligeramente el volumen de crédito a nivel global, mientras a nivel europeo se observa una mayor contención.
Hay sistemas como el francés o el alemán con crecimiento nulo y otros como el italiano o el portugués con descensos de, al menos, el 5% durante el año pasado.
UNA VEZ PASÓ LA PANDEMIA,
LOS BANCOS IMPULSARON LA
RECUPERACIÓN ECONÓMICA PARA
RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO
Y, lo que en otras geografías es motivo de preocupación como puede ser el sector inmobiliario comercial (fundamentalmente oficinas), no es motivo de preocupación para los bancos españoles que tienen poca exposición a ese sector (la mitad de la media europea).
Por eso la idea de convertirnos en el único país de Europa con un impuesto permanente nos restaría competitividad con nuestros pares y eso perjudica al sector y a la economía española.
De todas formas, la comparativa más llamativa no es tanto con la banca europea sino con la banca americana. En 2008 la cotización del primer banco de EEUU y de la eurozona era similar.
Actualmente el primer banco de EEUU tiene un valor en bolsa equivalente a la suma de los 10 primeros bancos de la eurozona. Esto no es un problema solo para la banca, es un problema para la capacidad de crecimiento de la Unión Europea.
Por eso me gustaría que en el nuevo ciclo político que se abre en la UE con las elecciones de junio, se encuentre el equilibrio entre el mandato de estabilidad financiera y el de crecimiento. Que la regulación ayude al crecimiento y a hacer frente a los retos y las inversiones que Europa tiene por delante.
Este número de la revista está dedicado al comportamiento de las empresas durante la pandemia y los efectos que esta crisis dejó en la economía española ¿Cómo se vio afectada la banca?
Fue un momento muy difícil y la banca fue parte de la solución. Durante esta crisis sanitaria y social, los bancos estuvieron en la primera línea a la hora de combatir los efectos de una realidad desconocida, y lo hicieron con vocación de servicio a sus clientes y a toda la sociedad.
Los bancos funcionaron de manera eficaz y segura a pesar del confinamiento masivo y de la situación grave y desconcertante. Teníamos bien rodados los planes de contingencia y se dio una repuesta humana y operativa impecable.
Especialmente meritorio fue el esfuerzo de la plantilla de oficinas que estuvieron abiertas durante toda la pandemia.
El gran paso de la banca fue hacia la digitalización. De la noche a la mañana hubo que probar que todas las redes funcionaban, que la apuesta por la digitalización permitía mantener la oferta de servicios financieros sin incidencias.
Quedó patente la capacidad del sector para liderar la transformación digital de la sociedad.
¿Cuáles fueron sus principales actuaciones en ese difícil momento?
Los créditos ICO-Covid. Fue un ejemplo de colaboración público-privada que debe servir de modelo. El mayor hito fue conceder créditos con aval del ICO a más de 750.000 empresas y autónomos, a los que otorgó un total de 140.000 millones de euros.
Los bancos, conocedores del tejido productivo pudieron, con su capacidad para llegar hasta la última pequeña empresa, distribuir esos créditos a todas las pymes que los necesitaron. Los bancos hicieron un esfuerzo importante para tener los contratos y convenios preparados en un tiempo récord para que los créditos llegaran rápidamente a las empresas y la economía pudiera seguir funcionando.
Además, en colaboración la administración, se adelantaron pagos en caso de las pensiones y en las prestaciones de desempleo o en los ERTE.
Es importante también destacar que, además de las cuestiones financieras, se pusieron en marcha iniciativas “no bancarias”, como la aportación de material sanitario o de fondos para acelerar las investigaciones de la vacuna, o las diversas iniciativas de voluntariado puestas en marcha
por los empleados.
En resumen, y como demostramos ya durante la Covid, los bancos españoles están bien preparados para afrontar tiempos complejos. Y lo que también fue muy importante: una vez pasó la pandemia, los bancos impulsaron la recuperación económica para recuperar el tiempo perdido.
La financiación es esencial para las empresas, especialmente en el caso de las pymes ¿Qué papel juega la banca en el apoyo a las pequeñas y medianas empresas?
Un papel fundamental, porque es una característica esencial del negocio bancario en España: asesorar, acompañar y dar crédito a familias y a empresas.
A lo largo del último año y mientras en España el crédito se moderaba, la financiación a pymes ha aumentado.
Considerando la financiación inferior a 1 millón de euros como dirigida a pymes, en 2022 España concedió 172.553 millones de euros, un 14,1% más que el año anterior, con un crecimiento medio en la zona euro del 5,9% (Alemania 6,7%, Francia 3,8%, Italia 4%).
En 2023 España registró aumento del 5,1% (181.344 M. de euros) y en la zona euro del 2,9%. En los dos primeros meses de 2024 se han concedido 30.605 millones de euros, un 10% más respecto al mismo período del año anterior y Europa un 1,9% (Alemania 1,3%, Francia -1,3%, Italia -3,5%).
Más crédito y a menor precio. El coste de financiación, el precio de esos préstamos a pymes es sensiblemente más barato en España que la media europea y con diferenciales cercanos al 1% en algunos momentos de los últimos meses si comparamos con Alemania o Italia.
¿Cree que es suficiente o serían necesarios otros instrumentos de financiación alternativa, etc?
Actualmente la financiación bancaria supone el 70% de la financiación en Europa (en EEUU apenas es el 30%), es necesario generar un ecosistema financiero en el que facilitar otros instrumentos adaptados a las necesidades y tipología de empresa y el momento de desarrollo en el que
se encuentre esa empresa.
En este aspecto, es necesario un mercado de capitales más líquido y dinámico, como complemento a la financiación bancaria. Y, para ello, es importante reactivar el mercado de titulizaciones en Europa que permitiría liberar balance a los bancos y proporcionar nueva financiación. Y en
segundo lugar los inversores minoristas tienen que ocupar un lugar central en este mercado de capitales, pero evitando un exceso de regulación que reduzca innecesariamente sus opciones de inversión o imponga costes excesivos.
El crédito a las empresas se ha endurecido y encarecido como consecuencia de la subida de los tipos de interés
¿Cree que esta situación revertirá en el medio plazo y se flexibilizarán las condiciones para el acceso de las pymes al crédito?
El objetivo deseado de la política monetaria, con la rápida subida de los tipos de interés, era enfriar la economía para bajar la inflación, lo que ha supuesto una moderación del crédito, principalmente el considerado crédito para inversión.
Con la inflación camino del 2% y con la primera bajada de los tipos de interés esperada a mitad de junio, tendría que empezar a observarse esa reactivación, con más crédito y con condiciones mejores, aunque ya hemos visto como los precios del crédito en España han estado durante toda
esta etapa de subida por debajo de los precios de la Unión Europea. No ha habido problemas de oferta.
La cuestión es que seamos capaces de generar condiciones para generar demanda de ese crédito, que las políticas públicas y las estrategias empresariales se orienten hacia el crecimiento, que se ponga el crecimiento sostenible en el centro.
¿Cómo está afrontando el sector la tasa sobre los ingresos?
Sobre el gravamen temporal nuestra opinión contraria es de sobra conocida por sus efectos contraproducentes para la economía, y porque las circunstancias con las que se justificó han cambiado. Lo tenemos recurrido. De lo que se está hablando ahora es de un “impuesto permanente”. Esto, con un escenario de constantes tensiones geopolíticas, con tipos de interés a la baja, con necesidades de financiación para afrontar a las inversiones que requiere la agenda de Autonomía Estratégica Abierta con las que la Unión Europea quiere hacer frente a Estados
Unidos y China, no tiene sentido.
Seríamos el único país en Europa con un “impuesto permanente”, lo que en un mercado como el europeo y en un mercado global, con entidades que operan a nivel internacional, supone una merma de competitividad.
Cuando los bancos tienen que estar fuertes para afrontar todos estos desafíos no creo que haya que hablar de un impuesto permanente adicional. Los bancos españoles ya son los que tienen la mayor contribución fiscal en Europa, y con un tipo en el impuesto de sociedades que es del 30%, por encima del 25% del resto de sectores. Solo los bancos AEB pagaron 12400 millones de euros
en impuesto de sociedades y gravamen temporal el año pasado.
De lo que sí hay que hablar es de cómo hacer crecer la economía, de cómo hacer frente a los riesgos que pueden surgir, de cómo afrontar las transiciones verdes y digitales. Sí de como crecer para generar empleo y progreso social. Y del papel que juega el sector bancario en todo ello.
¿Cómo ve el futuro del sector bancario español a corto y medio plazo?
En el escenario central de bajada de tipos y control de inflación alcanzando el objetivo del 2% en 2025, el objetivo es que la reactivación económica suponga mayor volumen de negocio.
El sector bancario afronta esta situación de cambios en la política monetaria y entorno de incertidumbre con tranquilidad, derivada de su fortaleza y una situación muy positiva en términos de rentabilidad, morosidad, liquidez, eficiencia y solvencia.
Pero creo que tenemos que aprovechar el nuevo ciclo político que se abre en la UE con las elecciones de junio para completar el tercer pilar de la unión bancaria. Después del Mecanismo único de supervisión y del Mecanismo Único de resolución de crisis bancarias, nos falta un mecanismo único de garantía de depósitos. Esto pondría fin a la fragmentación del mercado bancario porque garantizaría una protección igual para todos, independientemente del
país de la entidad; se reduciría el nexo soberano-bancario y los bancos serían valorados por su solvencia no por su nacionalidad.
Este paso decisivo de la Unión Bancaria se hace imprescindible para poder cumplir objetivos más ambiciosos para hacer frente a la competencia de Estados Unidos o China y cuando la UE quiere afrontar la llamada Autonomía Estratégica Abierta, que va a requerir inversiones billonarias
en defensa, infraestructuras, sanidad, materias primas, energía, etc…
Necesitamos ambición europea y liderazgo político para avanzar en este sentido.
¿Puede verse afectado por el incierto panorama sociopolítico nacional e internacional?
Cuando me reúno con inversores siempre me hablan de previsibilidad normativa. La incertidumbre nos obliga a estar más fuertes. En estos momentos estamos en una buena situación, pero la rentabilidad ha de ser sostenida para reforzar las capacidades del sector.
Desde luego no ayuda la idea del “impuesto permanente”. En este sentido, nuestro supervisor y regulador han sido claros a la hora de pedir que el capital se quede dentro del sistema por lo que pueda venir.
Ante un panorama todavía incierto, el sector bancario va a ser un aliado para el crecimiento y para hacer frente a las necesidades de financiación que sin duda tiene la Unión Europea y que pueden verse incrementadas precisamente por ese incierto panorama internacional en el que tenemos
la guerra en Ucrania y Oriente Próximo, las tensiones comerciales internacionales o las consecuencias de las elecciones que se van a celebrar en Estados Unidos y que pueden cambiar las relaciones entre regiones.
¿Qué medidas de impulso a la actividad productiva cree que serían necesarias?
Considero que lo más importante es que, ante todos los retos y necesidades que hemos repasado, se pongan el crecimiento y la competitividad en el centro. Que sean el eje de la actuación política y económica.
Por eso, lo esencial es que las normas y regulaciones estén encaminadas también a favorecer la competitividad de los sectores. Insisto en la necesidad de buscar un enfoque más pragmático para encontrar esas vías de crecimiento e innovación. Tenemos que hacer frente a las grandes transformaciones digital y verde. Nadie puede quedarse atrás, pero sería conveniente, después de toda la carga regulatoria y normativa, que se valoren los efectos y las nuevas decisiones a tomar.
También tenemos que aprovechar impulsos, como los fondos europeos, para de verdad afrontar esas transformaciones y generar el efecto multiplicador de estos fondos. Y, muy importante, que los dirigentes y la sociedad entiendan que la empresa es el motor de la economía, la que genera empleo, crecimiento económico y progreso social. Eso es esencial para favorecer todo lo demás.
Una vez más, el NBER da un paso importante para entender mejor el fenómeno del crecimiento económico y cuál es el reflejo real en la sociedad. También muestra hasta qué punto los trabajos de investigación basados en datos no homogéneos o distorsionados realizados a partir de fuertes prejuicios ideológicos apriorísticos llegan, casi con toda seguridad, a conclusiones alejadas de la realidad que pretenden estudiar. El NBER es un organismo del que han partido en las últimas décadas las investigaciones más fiables reconocidas a escala global, como las llevadas a cabo por Robert J. Barro, Robert Lucas, Harry Markowitz y Martin Feldstein, entre otros.