Los datos de afiliación a la Seguridad Social correspondientes a enero exhiben una pérdida de 231.250 empleos en términos medios respecto a diciembre, en los que se incluye una merma de 17.000 autónomos. Pese a que estacionalmente el comportamiento del mercado laboral en enero tiene este perfil descendente, llama la atención la caída de casi 20.000 afiliados en el sector primario: el agropecuario ha cerrado enero en mínimo histórico de afiliación, con 1.038.971 cotizantes. Es el menor dato desde 2001, último año registrado en la estadística.
CEPYME reclama atención a los problemas de un sector clave para el abastecimiento y para la economía rural como es el de la agricultura, ganadería y pesca. Este ramo viene soportando fuertes alzas de costes por la inflación de sus insumos, es muy vulnerable a las alzas de costes laborales acumulativas que padecen las empresas y acusa con más intensidad que otros ramos de actividad el impacto de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) -el 52,6% desde 2018-, así como las rigideces para la contratación, la burocracia y los cambios normativos en pro de la sostenibilidad, la descontaminación y el cambio climático, al estar formado en su gran mayoría por microempresas con más dificultad para integrar nuevos requisitos legales.
En el actual contexto de protestas del sector a escala europea, se torna necesaria una atención específica que atenúe las alzas de costes y permita a las empresas agrarias sostener sus márgenes y relanzar la contratación y el emprendimiento, siendo en general necesaria una contención de las cargas que soportan las pymes españolas de todos los sectores.
Las empresas no sólo soportan alzas continuadas de los costes operativos tras dos años de inflación histórica, sino que el coste de emplear sube acumulativamente aupado por el salario mínimo interprofesional (+52,6% desde 2018), su efecto arrastre sobre las escalas salariales y las bases de cotización, así como por los recargos de cotizaciones.